Hace un tiempo escuché decir a una mujer, «si mi esposo sale a la calle hacer cualquier diligencia yo me monto y dejo de hacer lo que estoy haciendo para no dejarlo solo». Recuerdo haber ido al salón de belleza algo que es poco usual en mí. Sin embargo, las veces que los visito, estos lugares concurridos por mujeres, me encanta escuchar y observar lo que acontece, me da una mirada del impacto social y cultural en ese grupo de mujeres y de los temas de interés del momento. Repítelo conmigo: Dependencia emocional no es amor.

La persona dependiente está presa de sus emociones; viven atadas y son controladas emocionalmente por su pareja.
En una relación de pareja saludable, es habitual y algo normal que uno de los miembros requiera más muestras de cariño y afecto del otro. Esto no tiene por qué ser un problema, es perfectamente comprensible y lógico que existan algunas asimetrías en una relación debido a que cada persona es única.
«Si mi esposo sale a la calle hacer cualquier diligencia yo me monto y dejo de hacer lo que estoy haciendo para no dejarlo solo».
Los problemas comienzan cuando la necesidad de muestras de afecto es llevada al extremo. En casos así, se da lo que se conoce: dependencia emocional, una de las problemáticas por la cual muchos deciden asistir a terapia. La persona dependiente está presa de sus emociones; viven atadas y son controladas emocionalmente por su pareja.
¿Qué es la dependencia emocional?
Según Walter Riso que le otorga el nombre de apego afectivo es una vinculación mental y emocional a ciertas personas, originada en la creencia irracional de que ese vínculo proveerá de manera única y permanente, placer, seguridad o autorrealización. La persona dependiente presenta una gran necesidad incontrolable de estar con la persona en quien centra la dependencia y es incapaz de cortar los vínculos que les unen.
Aunque algunas veces se pueden dar casos de dependencia emocional pasajera, lo más frecuente es que la persona con dependencia emocional repita el patrón con diferentes parejas a lo largo de su vida, si no entra en un proceso de psicoterapia con un profesional conocedor sobre la dependencia y pueda trabajar en mejorar sus vínculos con otros volviéndolos más sanos y libres, para esto se necesitara mucho trabajo en autoestima y límites.

El dependiente, poco a poco va dejando de lado todos sus planes, proyectos, sueños e ilusiones. Incluso, se desprende de familiares y amigos.
¿Cómo puedo identificar si esto me está ocurriendo?
- Dejo en manos de otro la toma de decisiones.
- Justifico abusos físicos, sexuales o psicológicos.
- Justifico comportamientos carentes de afecto.
- Búsqueda constante de aprobación sobre decisiones.
- No saber cómo terminar una relación conflictiva o tóxica.
- Busco personas con una emocionalidad limitada o poco confiables.
- Quiero estar siempre junto a mi pareja.
- Me afecto totalmente si tengo alguna situación o discusión con mi pareja.
¿Por qué la dependencia emocional NO es AMOR?
Evita equivocarte, una relación con dependencia emocional no es amor sano ni verdadero. El dependiente, poco a poco va dejando de lado todos sus planes, proyectos, sueños e ilusiones. Incluso, se desprende de familiares y amigos. Quedando aislado, incluso, de sí mismo. Mientras más aislado queda, es una presa fácil, para el controlador o maltratante.
La dependencia emocional, algunas veces, se apoya en los tópicos del amor románticos. Ejemplo: el mito de la media naranja: pensamos que somos seres incompletos hasta que aparece nuestra media naranja, la persona que completa la parte que nos falta.
La entrega incondicional hacia la otra persona y la influencia de los mitos románticos incrementan la probabilidad de establecer una relación de dependencia en la pareja.
¿Por qué me sucede esto a mí, que lo causa?
- Baja autoestima. Este es el más frecuente que observamos como causante en las personas dependientes. La persona se desvaloriza, se muestran muy críticos consigo mismos y con su forma de ser, hasta el punto de sentirse inferiores y culpables, incluso, del menosprecio que puedan recibir por parte de sus parejas sentimentales.
- Soledad. Las personas dependientes, la soledad no tiene cabida y por eso necesitan estar acompañados en todo momento sin importarles la calidad de la compañía elegida y por consiguiente la calidad de la relación. Empalman una relación sentimental con otra, sin pasar meses ni años sin pareja sentimental estable. Son los eternos emparejados.
- Crianza. Crecer en un ambiente disfuncional, exigente, maltratante, haber vivido abandono o negligencia. Padres carentes a nivel emocional.
- Depresión. Es común encontrar algún trastorno en una persona, con cuadro clínico de ansiedad y depresión, entre otros, que pueden vulnerar más a quien lo padece a caer en una relación dependiente.
- Machismo. La cultura machista promueve relaciones disfuncionales, donde una parte puede ser dependiente.
La dependencia emocional no es fácil de aceptar y mucho menos de vivir con ello, tienes el derecho a tener relaciones saludables en tu vida. Comienza hoy a mirarte y pregúntate, ¿Qué vínculo estás teniendo?

La entrega incondicional hacia la otra persona y la influencia de los mitos románticos incrementan la probabilidad de establecer una relación de dependencia en la pareja.
¿Sientes que estás en una relación con dependencia emocional? Tenemos un Masterclass llamado: “Vivir en pareja sin ansiedad, amar en libertad” que te ayudará a identificar si tu relación de pareja es saludable, y en caso contrario, si te encuentras en dependencia emocional, podrás conocer las herramientas para amar desde la libertad y construir autoestima y amor propio.
Con aprecio y cariño,
Joharys Aybar